quiero dejar de sentir

18 de mayo de 2008

Tal vez no fue una buena decisión tomar el camino que me separa de ti, aunque todavía es pronto para saberlo. Cabeza y corazón no se ponen de acuerdo en casi nada, y solo coincidimos los tres en que te echamos de menos.

Todo esto es muy difícil, me queda demasiado grande... puede ser que yo sea demasiado pequeño. Volvemos a lo de siempre: qué fácil sería todo si volviesemos a ser niños. Me gustaría viajar al tiempo en que la inocencia era nuestra mejor arma contra la vida. Me gustaría volver al parque en el que tal vez jugamos alguna vez, ajenos a lo que se nos venía encima.

Ahora empiezo a pensar que sólo podemos ser felices el tiempo en el que no somos conscientes de la felicidad, y sin embargo la única manera de olvidar momentáneamente la infelicidad es volver a la fuente de la misma.

Quiero desaparecer. Dejar de pensar. Dejar de exisitir... dejar de sentir.

... disciplina sin maestro, vida...

viento

11 de mayo de 2008

Vuelvo a caer en el infierno de las palabras. Vuelvo a ser pasto de las llamas de la incertidumbre. Vuelvo a estar solo.

Había olvidado lo que era. Necesito ardientemente estar solo, pero ardientemente también necesito que alguien me escuche y me entienda, que me acune y me reconforte... buscar el calor en labios ajenos de poco ha servido, nada más que para hacerme sentir más culpable.

Lo que más deseaba és lo que me debora por dentro, me roe las entrañas como el viento erosiona a la roca... poco a poco, grano a grano; no hay prisa, pues el tiempo está de su lado. Ese viento que me roba la ilusión y la inocencia és el viento de la vida, con su miseria, con su soledad, con su veneno...

... ese viento que hace girar la veleta que indica la dirección que deben seguir mis pies... me someto a mi verdugo.