equilibrio

7 de junio de 2009

Por muy racional que sea una persona, no puede vivir de un modo saludable sin que en sus decisiones intervengan los sentimientos, de igual modo que una persona muy emocional no puede vivir sin un mínimo de frío raciocinio. Por tanto y como en todo, es razonable pensar que debe existir un equilibrio entre ambos. Cuando no existe ese equilibrio es cuando aparecen los remordimientos, las dudas, el malestar.

No somos felices cuando vivimos en contra de lo uno o de lo otro, es decir, cuando la razón nos hace tomar decisiones que realmente no deseamos, o cuando el sentimiento nos lleva por caminos en los que nuestro criterio de lo razonable queda fuera de lugar. Es posible que el duro trabajo de ser feliz (o al menos de no ser infeliz) radique en saber buscar dicho equilibrio, en ajustar ambos modos de ver la vida: justificar aquello que deseamos de la manera más racional posible, o sentir de un modo suficientemente "moderado" para no contravenir a la razón... he aquí la teoría, la cuál por desgracia suele ser (con más frecuencia de la que me gustaría) difícil de llevar a la práctica.

3 comentarios:

Adrián dijo...

Lo racional, nunca supone beneficios para lo emocional, en cambio, lo emocional siempre es racionalmente correcto, la felicidad es eso, haz lo que te dicte tu alma no tu cabeza, y te darás cuenta que tu cabeza está tranquila porque has hecho lo que realmente quieres, que no te importen las consecuencias.
Tampoco me hagas mucho caso

CeciS dijo...

Hola.. legue aqui vagando por otros blogs..
Justo cai en un texto q me identifica plenamente. Soy una persona muy racional en muchos aspectos, pero poco a poco he ido aprendiendo que la vida no se rige por leyes consisas y claras, porque los humanos no somos ni consisos ni claros.

Es como dice tu texto.. hay que encontrar un equilibrio, por mi parte todavía lo estoy buscando..

Gracias por permitirme inmiscuirme en tu espacio...

aNi dijo...

No puede haber una felicidad, si no hay una razón; y no puede haber una razón que no cause felicidad al tenerla, de lo contrario, no tendría ningún significado sentirse dueño de la razón.
No te puedes sentir feliz sin una razón.
Mil besos