Otra noche sin poder dormir. Aquí, tirado en la cama, con la punta de la nariz helada y los ojos abiertos en la oscuridad, me siento incapaz de ver a qué distancia se encuentra el techo... tal vez un par de metros, tal vez miles de kilómetros. Los segundos tratan de ser minutos, los minutos tratan de ser horas, y por momentos tengo la sensación de que lo consiguen. No dejo de pensar que mañana me va a doler levantarme... solo quedan cinco horas hasta que vuelva a sonar el despertador, o tal vez menos... mejor no mirar otra vez el reloj.
¡Joder! Lo has vuelto a hacer, y faltan menos de cinco horas para que la dichosa melodía suene otro día más...
¿Por qué seguir dándo vueltas a lo mismo? Yo no elijo a los pensamientos, ellos me elijen a mi... Al menos hoy he podido sintetizar algo en esta tormenta que es mi cabeza: soy lo suficientemente inteligente para continuar con mi vida, pero no lo bastante para que no me afecte...
... ojalá pudiera dormir...
¡Joder! Lo has vuelto a hacer, y faltan menos de cinco horas para que la dichosa melodía suene otro día más...
¿Por qué seguir dándo vueltas a lo mismo? Yo no elijo a los pensamientos, ellos me elijen a mi... Al menos hoy he podido sintetizar algo en esta tormenta que es mi cabeza: soy lo suficientemente inteligente para continuar con mi vida, pero no lo bastante para que no me afecte...
... ojalá pudiera dormir...
1 comentarios:
He pasado noches asi, y por mas ke corro a esos pensamientos y les abro la ventana para ke vuelen pareciera que el viento los regresa hacia mi...
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