empatía

8 de enero de 2009

Para ver más allá no es suficiente con abrir más los ojos, ni con caminar más aprisa... hay que pensar que no se piensa, mirar sin ver, oir sin escuchar... evadirse, dejarse llevar por las corrientes del tiempo. Abandonar a tu sombra a su suerte, sin compasión, sin remordimiento.

Hay que flotar sobre el pavimento, levantar la cabeza al cielo, oler la tristeza y la alegría, y evitarlas. Buscar la neutralidad, eclecticismo sin mesura. Olvidar el dinero, el trabajo, los derechos y deberes, olvidar el cuerpo y la mente, olvidar a las personas que te pretenden y a las que te ignoran, olvidar la forma y el motivo de las cosas. Olvidar la forma y el motivo de existir.

Despreciar lo valioso, apreciar lo cotidiano... sobrevalorar la paz, más si cabe.

Ser uno con el aire, la tierra, el sol y la luna, el día, la noche y las estrellas. Ser uno con su música... vibrar, ondular, sintonizar... ser uno con la nada. Ser nada.

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