creer en el destino

6 de abril de 2009

En los últimos tiempos he decidido no creer en la suerte ni el el destino, por el sencillo motivo de que son elementos a los cuales la razón no puede dar explicación y por tanto no dejan de ser superstición, recurso fácil para evadir la responsabilidad de nuestra propia vida.

Realmente, creer en ello conlleva reconocer que uno no es lo suficientemente fuerte como para dirigir su propia vida... creer en el destino es evitar tomar las decisiones en su debido momento, dejando pasar el tiempo hasta que los hechos se desarrollen por sí solos. Creer en el destino es dejar indirectamente a otros que tomen esas decisiones por nosotros mismos.

Creyendo en el destino nos convertimos en meros espectadores de nuestra propia vida, incapaces de tomar decisiones, y por tanto incapaces de ser consecuentes con las mismas.

0 comentarios: