escribir que escribo

17 de abril de 2009

Al principio, voluntad y síndrome de abstinencia, ardor en la yema de los dedos, una idea que vaga por los accidentados páramos del pensamiento...

Para continuar, diccionarios, sinónimos y antónimos, metáforas y metonimias, polisemia, universos paralelos, vestir vestigios con palabras, malabarismos, repeticiones, rebuscar en lo profundo, dar forma y ordenar y entender y dar forma... y sentimiento, sobre todo sentimiento.

Y finalmente el desenlace, leer y releer, criticar, cambiar y corregir, criticar. Al final, darse cuenta de la vanidad del acto de escribir, aportar al mundo más palabras que al mundo no interesan, palabras que se perderán en el tiempo... recuerdos amarillentos como las hojas de un periódico del tiempo en que tenían el exclusivo privilegio de comunicar...

2 comentarios:

Adrián dijo...

Nunca se perderán en el tiempo,al contrario vivirán siempre y eso es lo que hace grande esto.
Por cierto esto me recuerda que tengo algo que te puede interesar, lo encontré en una caja vieja, y firmado por ti. Lo escaneo y te lo envío, así podrás comprobar que nada se pierde en el tiempo.

Anónimo dijo...

La curiosidad me corroe... xD